Publicado en Diario de Navarra (11/9/2020)

Acaba de comenzar el nuevo curso escolar, un acontecimiento que se repite cada año y que viene acompañado de proyectos y ganas de hacer las cosas mejor. Pero el reto de afrontar un nuevo año académico también suele venir de la mano de la incertidumbre relativa a si seremos capaces de satisfacer las expectativas que tenemos. Así que hace falta armarse de valor para vencer las dificultades que aparezcan conforme vayamos caminando.

Esta ocasión tenemos un compañero de viaje cuya presencia nadie hubiera imaginado a comienzos del curso pasado y cuyo nombre ya estamos cansados de pronunciar: coronavirus o covid-19. Desde FamiLiaE deseamos que la situación de crisis que estamos viviendo no impida la buena marcha del curso. Todos, educadores, autoridades, padres y también los propios alumnos están poniendo su grano de arena para que esto sea posible.

Sin embargo, con todo lo loable que es este esfuerzo, no deseamos que la crisis epidemiológica que vivimos sirva de cortina de humo para una transformación del sistema educativo por la puerta de atrás. El refranero español recoge esta famosa cita: “a río revuelto ganancia de pescadores”. Y así parece que está actuando el gobierno español, que para mediados de junio ya había aprobado la nueva ley de educación y conseguido que fuera tramitada en el congreso con el respaldo de poco más de la mitad de los parlamentarios y con la oposición de numerosas asociaciones del ámbito educativo. Este descontento se debe principalmente a que supone la desaparición de los centros de educación especial, que la religión deje de ser evaluable y no tenga alternativa, que no se atienda la demanda social a la hora de definir la capacidad de los centros públicos y concertados, y que se impartan asignaturas ideológicas.

Por aquellas fechas, junio, estábamos en estado de alarma, con el curso académico terminado y con la gente pensando en las vacaciones. Previamente se había librado una batalla desigual, donde las asociaciones que no estaban de acuerdo con la nueva ley no tuvieron otra opción que manifestarse en las redes sociales, el 4 de mayo y el 20 de mayo, aunque lo cierto es que a pesar de las limitaciones consiguieron publicar miles de tweets de protesta y ser trending topic bajo la etiqueta #ParemosLaLeyCelaa, entre otras.

Pero nada de esto ha hecho cambiar de rumbo al Gobierno. La ley sigue adelante sin modificaciones y la ministra de educación confía en tenerla lista lo antes posible. En Navarra seguimos un rumbo parecido. Skolae fue declarado por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) “nulo de pleno derecho por haber prescindido total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido”, que era la elaboración de una disposición general, mucho más compleja y participativa que una resolución. Pero el consejero de Educación, en lugar de retomar la cuestión dialogando y hablando con los diversos colectivos de la sociedad Navarra (se ha negado por ejemplo a reunirse con FamiLiaE), decidió recurrir el veredicto y seguir adelante con el polémico programa, que este año va a implantar en 26 centros educativos más. Su estrategia consiste en seguir adelante hasta las últimas consecuencias, amparándose en unas leyes que utiliza para sus fines, a la vez que hace caso omiso de lo que dicta la justicia.

En definitiva, desde FamiLiaE constatamos que la crisis del Covid no está frenando la introducción de ideologías en el ámbito de la educación. Más bien al contrario, lo está facilitando porque la atención se centra fundamentalmente en la salud. Y la salud física es importante, no cabe duda, pero también lo es la psicológica y la afectiva.

Javier Lucia Maldonado, miembro fundador de la Asociación FamiLiaE.

Un sitio diseñado por Jesús Garrido | www.jesúsgarrido.com